Megadeth es superior a Metallica.. le guste o no

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miércoles, 11 de junio de 2014

Crítica de... "Un Hombre Lobo Americano en Londres" (An American Werewolf In London)

John Landis, 1981


En esta oportunidad quiero tomarme la molestia de dar mi opinión sobre la extraordinaria exposición cinematográfica que hace John Landis sobre el tema de la licantropía, enfocándolo con la violencia y el horror que tan ilustre subgénero cinematográfico merece, pero mezclado, de forma casi magistral e inimaginable, con un humor negro hasta entonces desconocido en el cinema de horror. Todo eso apoyado en un guión sencillo y unos efectos visuales inigualables... aún para los ignominiosos estándares cinematográficos del Hollywood actual.

La historia va de dos jóvenes mochileros norteamericanos que recorren las zonas rurales de Inglaterra, y llegan a una villa donde no son precisamente bien acogidos por hospitalarios aldeanos; sino que son apenas recibidos, de muy mala gana, por una panda de borrachos, en una lúgubre taberna llamada "El Cordero Sacrificado" (The Slaughtered Lamb); donde los habitantes de la villa (unos viejos de mierda, que odian a los forasteros) ocultan una historia sobre algo que podría amenazar a los viajeros que andan a solas por el páramo, en noches de luna llena.


Luego de algunos chistes étnicos (que hacen de introducción a la oscura hilaridad de la película) y de demostrar una hospitalidad que haría sentir orgullosos a los burócratas que atienden en los hospitales públicos de cualquier país del Tercer Mundo, los aldeanos mandan a volar a los dos mochileros, con la simple advertencia (gran resguardo que fuera) de no salirse del camino ni pasar por los páramos; al más puro estilo de Caperucita Roja, y claro sino, son atacados en medio de la nada, por una bestia que muele a uno de ellos (Jack), dejando herido al otro (David). Luego éste último despierta en un hospital de Londres, donde es atendido por una dulce, angelical, deliciosa, divina, refrescante, turgente, grácil y sedosa enfermera llamada Alex.

Quien fuera lobo para comerse a esa ovejita
Es en este hospital donde David comienza tener visiones y encuentros macabros con el espíritu de su amigo muerto, Jack, quien aún muestra las heridas frescas causadas por la bestia; y que está ahí, no sólo para contarle de lo bueno que estuvo su funeral, sino para advertirle que debe morir pues al haber sido atacado por un licántropo, este también se convertirá en uno, no más llegue la próxima luna llena.
Mención honorífica en éste párrafo al avasalladora mente increíble trabajo de maquillaje de Rick Baker. El ver a Jack, con la piel hecha jirones, platicando sobre los infortunios de la vida en el más allá, es una carta de presentación demoledora para lo que serán el resto de los efectos especiales y de maquillaje, que se verán durante toda la película.
Pocas películas de esa época podían presumir de semejante impacto visual, curiosamente animado por los comentarios humorísticos y mordaces de los protagonistas.

Aparte de los encuentros con el fantasma podrido de Jack, David tiene unos recurrentes sueños macabros y espectaculares, como el de unos monstruos nazis que llegan a su casa a ametrallar y mutilar a toda su familia...

¡POR TODOS LOS PUTOS SANTOS DEL CIELO!!! ¡¿puede acaso haber algo más espectacular que eso?!... cuando vi la película por primera vez, yo no tendría más de 11 años, y ver algo que todo niño sueña desde la más temprana edad, plasmado en celuloide, no tiene precio.
Definitivamente, hay escenas de películas que nos marcan, y definen los valores éticos y morales que habrán de moldearnos en personas de bien por el resto de nuestras vidas; pues esa escena de los demonios nazis, exterminando a unos mocosos de mierda y a sus padres, mientras nuestro protagonista es obligado a punta de Cuchillo (bowie) a observar ese festín de sangre y violencia, es la escena que ha marcado mi infancia y me ha mostrado el camino a seguir, como hombre de bien y ejemplo para la sociedad.

El sueño de todo niño, hecho realidad

PERO regresemos a nuestra crítica sobre ésta enternecedora historia. Al seguir sufriendo de semejante descarga visual y emocional, David no tiene más remedio que aliviar sus penas en brazos de la encantadora, bella, delicada y suave enfermera Alex; la cual, para dicha de ninfas y sátiros, se encarga de restablecer la salud física y mental de David, llevándolo a vivir a su acogedor apartamento, y dándole incontables horas de felicidad por medio del más viejo y eficaz tratamiento conocido por el ser humano... 
Alex se encarga de darle un tratamiento personalizado a David

Luego pasar unos días en el apartamento de Alex, David recibe la visita de Jack, quien más y mejor podrido de lo que estaba antes, y mostrando un mórbido sentido del humor, le advierte a David que esa noche va a convertirse en Licántropo; y que saldrá a deambular por las calles de Londres en busca de nuevas víctimas.
La escena que muestra la transformación de David en hombre lobo marca un hito en la cinematografía mundial y es un estándar que, hasta el día de hoy, no ha sido NUNCA superado. En especial, en una época donde pareciera que las leyes persiguen a todo aquél que ose filmar una película sin los mierderos efectos digitales que tanto mal le han hecho al cine.

Jack, poniéndose más rancio cada día...
En dicha escena, Rick Baker muestra y demuestra que el talento vale más que un oficio burocrático aprendido (como los inmundos efectos digitales, hechos en computadora). La transformación muestra, en todo su esplendor, la violencia y la brutalidad que conllevaría a un ser humano transformarse en una bestia sedienta de sangre... son poco más de dos minutos de intensidad fílmica que convierten a una simple historia de monstruos en algo que exige la plausibilidad y la credibilidad más absolutas. He ahí la importancia de hacer un trabajo serio, aunque se trate de una temática trivial o infantil.


La bestialidad y realismo de la escena hicieron acreedor, a Rick Baker, de numerosos premios y distinciones; así como fueron el cimiento perfecto para la reputación de John Landis, quien se establece como un director capaz de realizar películas que van más allá de la comedia, como The Blues Brothers o Animal House.


Rick Baker, en la escena que marcó una época
Continuando con la historia, el Hombre-Lobo-David se lanza a una noche de desenfreno alimenticio por todo Londres, acabando con presas pertenecientes a todos los estratos sociales, mostrando, de la misma forma que éste humilde blog, que la discriminación es una actitud degradante y arcaica; por lo que nuestro héroe da buena cuenta de una risueña pareja que se dirige a una fiesta; de un grupo de borrachos indigentes, a orillas del Támesis; y de un ejecutivo que se pasea por el subterráneo de Londres... todos valen igual de mierda para David, el Licántropo; quien amanece, durmiendo plácidamente en una jaula, junto a sus primos cánidos, en el Zoo de Londres.

Luego de unas hilarantes escenas, nada relacionadas con películas de horror, David llega al apartamento de Alex, desde donde ambos salen a pasear por el centro de Londres y es cuando David se da cuenta de su festín nocturno y trata de hacer que lo arresten, sin conseguirlo (debería venir a Honduras para que vea lo fácil que es eso cuando se es honesto); luego huye de Alex, en pleno centro de Londres, y ve al fantasma de su amigo Jack, más podrido que nunca, haciéndole señas para que lo siga al interior de un respetable cine porno.

En el interior del cinema, junto al ultra podrido cadáver de Jack, están los espíritus de las víctimas del festín de David; todas chorreando la sangre aún fresca. Es en éste punto de la historia donde se da una de las conversaciones más jocosas en la historia del cine, entre David y los cadáveres mutilados de sus víctimas. La escena resulta surreal, al mezclar las figuras destrozadas por el licántropo-David, hablando sobre cómo éste debería suicidarse, mientras una ficticia película porno se desarrolla pacíficamente en la sala de cine.
"¿Cómo debería hacerlo?"

"¿Pastillas para dormir?"

"¡Un cuchillo!"

"Podría lanzarse frente a un tren subterráneo."
Y aún cuando la docta conversación sobre la forma en que David debía partir de éste mundo, no estaba finalizada ¡ZAS! anochece y David se vuelve a transformar nuevamente en hombre lobo... dando cuenta de algunos bien ponderados asistentes a tan distinguido espectáculo cinematográfico.

Cuando llega la policía, el Hombre-Lobo-David sale del cinema XXX para crear caos y destrucción por todo Picadilly Circus, y darle a los habitantes de Londres algo de la acción que no habían vivido durante 40 años, desde que aquél pro-hombre de antaño quiso hacer del mundo un lugar mejor para todos.


Finalmente, la policía logra acorralar a nuestro heróico y voraz protagonista en un callejón, al cual llega la dulce, etérea y bella enfermera Alex, sólo para ver como la policía le cobra sus pecados a David, con una rociada de píldoras calibre 7.62 mm y nuestra historia termina con el cuerpo desnudo de David, mientras suena la canción "Blue Moon".

Parece casi irrisorio que, sobre un guión tan simple y (si se quiere) trillado, se haya podido erigir una historia tan singular e impactante. Siendo aún mayor el mérito de hacer que semejante película funcione tanto como historia de horror, al mismo tiempo que como comedia.

Con el tiempo John Landis nos entregó otras historias, con mayor o menos suceso; pero sea ésta recordada como la película cumbre, entre tantas, en la historia de la licantropía moderna.

Sólo nos queda agradecer al director, los productores, técnicos y actores que participaron en ésta producción por haber dado al mundo y al arte, un aire tan fresco y una perspectiva tan peculiar sobre la licantropía.

Gracias John Landis
John Landis, junto al protagonista

 4/5



sábado, 31 de mayo de 2014

¿Puede existir el "metal cristiano"?


La religión, como muchas otras epidemias (ya sean, físicas o mentales), siempre ha encontrado resquicio en todo campo de desarrollo cultural, no siendo el último, la música; más en éste caso en particular, la música rock.




Siendo el rock (en especial, el rock pesado) un estilo musical encaminado y enfocado hacia la ruptura de los cánones estéticos y patrones sociales impuestos por una sociedad basada en superstic... ¡ejem! decía, una sociedad basada en creencias religiosas, llegamos a una conclusión un tanto paradójica sobre la posible existencia de tal aberración musical, como lo es el metal cristiano o, mejor dicho, el "Metal Blanco".




Dado que tanto los personajes mitológicos de dios y el diablo no son más que invenciones de la mente humana, basadas en la imposibilidad de explicar el origen y la naturaleza de los fenómenos que nos rodean, podemos concluir que por muy "blasfema" o "satánica" que una banda sea, no pasa de ser una postura opuesta a las imposiciones religiosas basadas en ese absurdo, como lo es la divinidad de un creador trascendental. Mucho podrá alabar al diablo Glen Benton, con su banda Deicide, y blasfemar hasta que su garganta produzca flemas de fuego; todo queda en simple música que se opone a un prejuicio maligno para el desarrollo de la cultura humana, llamado "religión".






Aclaremos primero el origen de la mitología cristiana (y religiosa, en general):
Como toda religión organizada y bien mercadeada, el cristianismo es parte de la "trilogía del desierto" que inventaron los judíos: el judaísmo, el cristianismo y el islam son religiones con un mismo dios patriarcal, cuyo origen está en el Oriente Medio; todas basadas en el judaísmo que, a su vez, está basado en otras religiones ya desaparecidas, de la Mesopotamia. Como la mayoría de éstas, el cristianismo se basa en la creencia en un dios todopoderoso y sobrenatural que influye sobre nuestra realidad y es el origen de la misma, bla, bla, bla... lo interesante (y cómico) del asunto, es que al dios judeo-cristiano-musulmán se le describe como la epítome de la bondad y la perfección; así como el reflejo más grande de las cualidades del ser humano... debiéndose esto a que el ser humano, en su incapacidad de explicar a ciencia cierta la naturaleza del dios que había creado, proyectó en dicho dios, sus más altos ideales y conocimientos, sin importarle que siglos después existiríamos personas que cuestionamos y criticamos todo, sin importar la fe o la dependencia que muestran las sociedades por tales supercherías. Claro, tal dios debía tener algunos atributos que lo hicieran ver como un padre modelo de las sociedades primitivas; por lo que era tanto (o más) caprichoso que los seres humanos que lo crearon: celoso, inseguro, iracundo, bi-polar, injusto, tiránico, y otras tantas dulzuras que encontraríamos en cualquier rey bárbaro del norte de Europa, durante el oscurantismo.

Y así fue usado éste dios, por algunos vivos, para dominar a la mayoría de los imbéciles; vendiéndoles la idea de una vida futura de dicha eterna, a cambio de la miseria de éste mundo cruel; para lo cual se apoyaron en una figura peculiar, adaptada de las antiguas tradiciones sumerias y griegas: el diablo; o Satán, si así lo prefieren.

Achacándole todos los males y desgracias que asolaban al Hombre, los judíos y otros pícaros fueron capaces de venderles una medicina, a los crédulos, para combatir una enfermedad inexistente: el pecado. Sólo tomaron un poco del Prometeo y el Hades griego; otro poco de la Lilith judía; un tanto del dragón Tiamat, de la mitología sumeria; así como unas gotas de la personalidad propia del ser humano y ¡listo! ya había un antagonista perfecto para el dios "perfecto" que habían creado; y, con el cual, gobernarían durante milenios la forma de pensar de millones de seres humanos.

Teniendo claro que dicha deidad no es más que un reflejo de la icónica figura de autoridad patriarcal de las sociedades de hace 2 o 3 mil años, entendemos por que en tiempos tan recientes, dicha figura de autoridad se va haciendo cada vez más lejana y apartada de nuestra realidad; puesto que ya no es tan necesario ni como explicación, ni como fin de la existencia humana... más sin embargo, nuestras sociedades modernas siguen dependiendo, en gran parte, de dichas tradiciones arcaicas y retrógradas. Es por eso que la simple mención de oposición a los "valores" impuestos y declarados, en los que se basa el cristianismo, es motivo redundante para ser considerado como "Hostis Hvmani Generis" (enemigo del género humano); epíteto dado a los piratas, hace más de 300 años.
El Enemigo, según los creyentes...


Esta marcada hostilidad del pensamiento místico-religioso, bastión adamante de la ignorancia y el atraso, hacia todo lo que representa libertad de pensamiento y ruptura de dogmas, define la postura de la música extrema (metal) en relación a dicho pensamiento religioso: o se está con la religión, o se está contra ella.

Esa asociación de la música metal con la figura icónica de Satán es, en parte, el mejor ejemplo de lo que establece la religión con respecto a tan noble género musical; para la religión, el diablo es lo peor y el más despreciable ser sobre la faz del universo; si el metal está asociado implícita, o explícita mente, a ésta figura, entonces no nos queda otra alternativa que decir: El Metal es contrario a la idea del dios judeo-cristiano-musulmán.

Habrá mucho tipo ahí afuera que tenga sus creencias y disfrute del buen metal... Dave Mustaine, para el caso; pero no nos engañemos, jóvenes: el carpintero aquél que se creía dios lo dijo claramente en "El Libro de los Disparates" , como se refirió a la biblia, el benemérito José Saramago: "Al César lo que es del César; y a dios lo que es de dios...". Si alguien quiere hacer mención de bandas cristianas o de miembros de bandas, con creencias religiosas, muy bien por ustedes; crean lo que les plazca... si su dios existe, odia al Metal y todo lo que esté relacionado con él; igual, el metal, en todas sus expresiones, abjura de todo tipo de obediencia religiosa.



Sí... ya escucho a algún que otro imbécil diciendo "¿y entonces qué pasa con las bandas que adoran a Satán?"; no existe tal personaje; y de existir, poco o nada le importaría lo que alguien escuche o deje de escuchar, pues ese, justamente, es el defecto que le achaca el cristianismo a Satán: la libertad de elegir y vivir fuera de los preceptos religiosos y los dogmas. Si algún miembro, de cualquier banda sobre la faz de la Tierra, realmente adora a Satán, y cree en su existencia, ese tipo tiene serios problemas emocionales y psicológicos. La deificación o exaltación de la figura del Demonio está más relacionada con la libertad y la oposición a la estupidez religiosa, que a la adoración de ese personaje al que llaman "demonio".

Así que entiendan de una puta vez: el diablo, Satán, Lucifer, o como quieran llamarlo, es sólo un simbolismo para expresar una oposición a su dios. Es esa oposición a la religión organizada que nos convierte en seres superiores y libres, capaces de decidir sobre nuestro destino, y lo que nos diferencia de ovejas y borregos, que necesitan de pastores y profetas que los guíen para esquilmarlos y sacrificarlos... El Metal es la personificación acústica de la separación entre la Iglesia y el Estado; es esa libertad la que que nos impide ser simples bestias de carga y nos convierte en la sangre más noble.
NUNCA lo olviden: toda la parafernalia satánica que rodea a la música metálica es simple simbología de oposición a la estupidez, intolerancia y atraso que representa la religión.
"La religión ha sido la raíz de demasiada maldad"
-King Diamond





lunes, 24 de febrero de 2014

¿Por qué Metallica se transformó en Mierdallica?

*ADVERTENCIA:
Si es usted es una persona que cree que Linkin Park, Slipknot o System of a Down, son bandas de Metal, por favor, no lea el siguiente artículo; pues el mismo podría resultar en severos daños para sus conocimientos y sus gustos sobre el "metal".


Lo que a continuación se expone es la triste e increíble historia de la banda de Metal Extremo que alguna vez fue considerada como La Banda Más Grande del Mundo... y que terminó convertida en un simple artista pop de mierda.

La Alineación Original
La sola mención de la palabra "Metallica" hace un cuarto de siglo era sinónimo de agresividad musical extrema; que complementada por una ejecución técnica formidable daba como resultado un ritmo feroz y bien articulado; el cual no conoció fronteras a lo largo de una década... pero que, al final de la historia, terminaría hundiéndose miserablemente en el fracaso.
A fines de los años 70 el Punk dejaba de ser el más "extremo" estilo musical conocido por el rock, y se hundía miserablemente en el olvido, como la moda que fue. Al mismo tiempo, basados en la fuerte influencia de bandas ya establecidas como Black Sabbath, Judas Priest y U.F.O., varios músicos británicos comenzaron a explorar los límites impuestos por el rock tradicional, en favor de la velocidad y la distorsión, hasta desarrollar un sonido más agresivo y penetrante;  sonido que luego se conoció como la Nueva Ola del Heavy Metal Británico (o NWOBHM, por sus siglas en inglés). A su vez, estas bandas tuvieron un enorme impacto en otras agrupaciones que surgían con la nueva década.
Comenzando los años 80, el estándar impuesto por los abanderados del NWOBHM (Judas Priest, Iron Maiden , Saxon y Motörhead) generó nuevos talentos, tanto en Europa como en U.S.A.; y surgieron bandas, integradas por jóvenes fanáticos, que intentaban forzar los límites musicales a los que sus ídolos habían llegado. Entre estos nuevos talentos había un grupo de jovenecitos de la ciudad de Los Ángeles, California, que necesitaban una mayor agresividad que la ofrecida por las bandas británicas; estos muchachos, que se reunían para tocar covers de sus bandas favoritas, desarrollaron canciones propias, así como un ritmo característico al que ellos llamaban "power metal"; pues en aquellos aciagos días a nadie le importaba un carajo el nombre de un estilo o sub-género musical. Y fue así que, casi sin conocerse personalmente, buscando el sonido más extremo y devastador que fuese posible, surgió la banda llamada Metallica.





En un comienzo, Lars Ulrich (batería), James Hetfield (guitarra/voz), Dave Mustaine (guitarra) y Ron McGovney (bajo), articularon un sonido agresivo y veloz que serviría como plantilla para innumerables bandas, durante los próximos 30 años y marcaría el nacimiento de un monstruo cuyos recuerdos aún reberberan hasta nuestros días.
Luego de algunas disputas, problemas personales y encontronazos entre Hetfield y Mustaine, la formación de la banda quedó de la siguiente forma: James Hetfield (guitarra/voz), Kirk Hammett (guitarra líder), Cliff Burton (bajo) y Lars Ulrich (batería). Ésta formación generaría el primer lanzamiento de la banda: "Metal Up your Ass" (Metal por tu trasero); un título que sería cambiado por la disquera Megaforce por el menos explícito "Kill 'Em All" (Mátalos a todos). Ocurría esto en el verano de 1983... el infierno se desataba.


A partir de entonces, ya con otras bandas de igual envergadura musical en escena, como: Exodus, Anthrax, Megadeth; en U.S.A.; o Venom, Diamond Head o Atomkraft, en Inglaterra; el estándar a seguir parecía ser Metallica.

Ese primer álbum (Kill 'Em All), marcó pautas inconfundibles para el estilo de lo que luego sería conocido como "Thrash Metal":
  • La velocidad constante
  • La distorsión en las guitarras
  • Los solos de guitarra, agudos y lacerantes
  • Las vocales feroces y llenas de testosterona
  • Tiempos de batería que no daban descanso
  • Las líricas explícitas y violentas
A diferencia de las bandas británicas, Metallica supo conjugar perfectamente la agresividad de bandas como Venom y Motörhead, con una mayor calidad musical, sin mermar la violencia de su propuesta.
Un año después llegaría, con mucha mejor calidad de producción, el álbum Ride the Lightning (Cabalga el Trueno), que seguía los pasos del primer lanzamiento, pero con un sonido mucho más oscuro y denso. Las líricas apocalípticas eran cantos épicos que se conjugaban con los devastadores riffs de guitarra y el ritmo infernal (ya fuese veloz o pausado) que imprimía Cliff Burton con su bajo.


La cosa no paró ahí. Luego de ser el emblema del movimiento conocido ahora como "Thrash Metal", Metallica se lanzó al estrellato, arrastrando masas con su ritmo ensordecedor y estremecedor. De ahí que en 1986 sacaran al mercado un nuevo disco que es, aún hoy en día, piedra angular de la historia del metal: Master of Puppets (Maestro de Títeres). Con fuertes críticas sociales y humanas en sus líricas, violentos cambios de ritmo y densos acordes de guitarra, el álbum fue la consagración de la banda como dioses; más que genios del metal extremo. Metallica era LA BANDA por excelencia. Ya fuese uno, seguidor del Heavy Metal; del Thrash o del Death Metal, Metallica era el común denominador y una fuerza incontenible entre los amantes de la música extrema, alrededor de todo el globo terráqueo. Desafortunadamente, la desgracia comenzaría a asomar de forma trágica: el 27 de septiembre de 1986, Cliff Burton fallece en un accidente de tráfico, mientras la banda hacía una gira por Escandinavia... era el comienzo del fin.
La banda se recupera y contrata al bajista de Flotsam and Jetsam, Jason Newsted, quien, si bien no tiene la misma habilidad técnica de Burton, no le cede en entrega y agresividad.


Dos años habían transcurrido desde el fatídico accidente cuando la banda saca un nuevo álbum, con el que cerrarían su corta, aunque gloriosa, carrera bajo el nombre de Metallica: "...And Justice For All" (...Y Justicia Para Todos). Con estructuras musicales más complejas y una mejor producción, el álbum impone a Metallica como una banda capaz de alcanzar límites en la evolución musical, negados para otras bandas. Sin la crudeza del primer álbum, pero con la misma agresividad y excelente trabajo de producción, "...And Justice For All" es la culminación de lo que, quizá, pudo faltarle a los demás álbumes de Metallica. Era la cereza del pastel para una banda que había impuesto el término "Perfección" en su relativamente corta carrera.


Todo lo que emanaba de Metallica era perfecto. Eran monstruos musicales que no necesitaban de la promoción de los medios para vender miles de discos, o para ser considerados "dioses", más que ídolos... pero la ambición no es desconocida ni por aquellos que lo tienen todo, y ésta SIEMPRE termina "rompiendo el saco", como dice un popular adagio.

La Caída

Al entrar a una nueva década, mientras bandas más jóvenes, de diversos estilos musicales, tenían gran impacto en los medios, Metallica toma una desicion que los llevaría a ocupar el lugar en el que hoy se encuentran: dejar el estilo musical que los llevó a reinar en los infiernos, y renunciar a su característico sonido, de forma que pudieran competir con los artistas pop de cualquier época pasada, presente o futura. La imagen que ostentaban, violenta y pesada, propia de una banda de Metal, debía cambiar por una imagen más "amigable" y "sana", que pudiese ser aceptada en nuevos mercados. La música de Metallica necesitaba una nueva imagen y un sonido que le permitieran entrar los hogares, de forma saludable, sin ser vista como una amenaza a la moral y las buenas costumbres; para lo cual debían olvidar todo lo que habían representado durante la década de los 80s, y aceptar, cual Fausto postrado ante Mefistófeles, las condiciones de emporios comerciales como la cadena de televisión Mtv. De ésta forma, para poder competir con bandas de pop/rock y boy bands, como New Kids on the Block y Guns 'n Roses, sin perder su imagen de "banda de metal pesado", Metallica contrata al productor Bob Rock, quien había estado a cargo de la grabación del álbum "Dr. Feelgood", de Mötley Crüe. Con Bob Rock, la música de Metallica sigue basándose en riffs y acordes de peso y personalidad; pero, al mismo tiempo, se la música se vuelve más "aséptica" y menos violenta. La estructura musical de "...And Justice For All" se mantene, pero la energía que la propulsaba se ha ido del todo. El "Álbum Negro" (que, en realidad, fue nombrado como la banda: "Metallica") suena sintético y falaz. La violencia y la ferocidad de los primeros álbumes han sido erradicadas en su totalidad. La "pesadez" de las canciones queda disfrazada entre la producción sobre-elaborada de la grabación y algunos acordes pegajosos; pero quedan en evidencia la falta de agresividad y la crudeza que caracterizaron a la banda durante 10 años.
Como era de esperarse, dicho álbum fue un éxito comercial. Las radios se atascaban con música del "Álbum Negro". Las baladas de dicho álbum eran la sensación en las fiestas bailables. Ahora hasta tu hermanita, quien escuchaba a Locomía y Guns n' Roses, te pedía prestadas tus cintas de Metallica... la banda emblemática de ese monstruo del averno conocido como "Metal Pesado" había decidido convertirse en una banda pop, como cualquier otra, y en símbolo del canal Mtv.

Hasta el fondo de la cloaca...

Cuando todo hacía pensar que Metallica se retiraría para siempre, dando conciertos para conmemorar épocas pasadas; o que resurgiría como el coloso infernal, que los metaleros alrededor del mundo esperaban, la desgracia se hizo absoluta... En junio de 1996, la banda Metallica acepta, ante los ojos del mundo y el juicio de la historia, que lo de ellos no era el Metal, ni la música extrema; y que nosotros, los fanáticos que los convertimos en estrellas millonarias y leyendas inmortales, no éramos quien para decidir sobre lo que a ellos, como músicos, realmente les gustaba; y que sí ellos decidían que el "metal" se tocaría, de ahí en delante, con flautas y banjos, pues que las demás bandas y las hordas de fanáticos, alrededor del mundo, se fuesen ajustando al nuevo orden. Ahora quedaba claro que, quienes verdaderamente le importaban a Metallica, eran los millones de niños para los que el Metal era un "ruido caótico y sin sentido"; y, pensando en esos potenciales fans (y futuros cimientos de su fortuna), Metallica lanzaba el álbum que significaba su deceso oficial con ese nombre para convertirse en, cual Judas de poca monta,... ¡MIERDALLICA!!! 


Para dicha de los ángeles, ignominia de Satán, y escarnio de los que moraremos en el infierno, Mierdallica eligió bautizar semejante ignominia discográfica como "Load" ("Carga", de mierda, probablemente); atrocidad que se caracteriza por su devastador aburrimiento; por su vertiginosa hilaridad, y por sus líricas descafeinadas. Un álbum de Paquita La del Barrio contiene mayor furia y destrucción que ese pobre remedo de "metal pesado"... a duras penas logra rasguñar los bordes de lo que es el Hard Rock (sin ofender a bandas como AC/DC o Deep Purple).


Pero la ignominia no terminaría ahí, no... si ese parto mal formado le ganó a Mierdallica una nueva legión de adolescentes, sedientos de ritmos bailables y líricas aprobadas por las sociedades de padres de familia, un año después, en 1997, volverían con más ridiculez de la esperada, con el lanzamiento del álbum "Reload" ("Recarga", de más y de peor mierda).


Si el álbum del '96 fue tan emocionante como descubrir que a tu padre le gusta andar vestido con lencería, tacones altos y maquillado como puta; este nuevo álbum era como encontrarlo vestido de esa forma, mientras lo penetra un tipo bien dotado... así de traumática fue dicha experiencia musical.

Pocos lanzamientos, en la historia de la música, podrían catalogarse tan "pop" como éste repugnante disco; el cual parecía querer escupir el rostro de todos los metaleros decentes sobre la faz de la tierra, en vez de crear destrucción y caos en la sociedad. Lo más triste y patético era ver como los pobres diablos que integraban Mierdallica creían que imponían una "moda" en el mundo del metal. Incluso se atrevieron a salir cantando, en un video, una balada mugrosa sobre la memoria de quién sabe qué, junto con una vieja de mierda que hacía coros de "Lararara-larararara"... se habrá visto semejante desfachatez en una banda de metal.



Desgraciadamente y para oprobio de los que alguna vez enzalsamos a dicha agrupación, la historia no termina ahí; Mierdallica esperó pacientemente y cuando todos creíamos que lo peor había pasado, en 2003 (tras 7 largos años de paz), hace su aparición el álbum titulado "St. Anger" (Santa Ira). Dicho nombre no podía ser más propicio, pues no pocos fueron los hígados y riñones que estuvieron a punto de estallar a causa de la ira provocada por tal abominación musical. La canallada fue tan absoluta que, no contentos con sacar a la luz tales montañas de mierda musical, se atrevieron a diezmar a una banda tan luchadora y emblemática como Suicidal Tendencies, privándolos de su bajista, Robert Trujillo; pues Jason Newsted, seguramente harto de tanta mariconada y mediocridad, se había largado de la banda a mediados de 2001.
La triste realidad...

La banda estaba ahora a la altura de gigantes del "metal" como Limp Bizkit o Linkin Park.


Es aún peor el recuerdo de tan innoble creación al recordar que, con un video grabado en la famosa prisión estatal de San Quentin, California, los integrantes de Mierdallica, asociados con las autoridades a cargo de dicha prisión, procedieron a usar su música para vejar y torturar a los pobres reos; aún más allá de lo que podría haber planeado la sórdida imaginación del benemérito Dr. Jozef Mengele, 60 años antes, en Auswitzch.
Hasta los violadores de niños, encerrados en esa institución, debieron sentirse abrumados por la bajeza y la mediocridad que era capaz de mostrar el ser humano a través de la música.

Y el tiempo pasó...
Luego de 5 años recibiendo premios Grammy, felicitaciones de parte de la comunidad reguetonera y obteniendo la aprobación de las distintos grupos de padres cristianos de familia, a lo largo y ancho del planeta, en septiembre de 2008, Mierdallica añade insulto a la injuria lanzando una ofensa más, hacia el mundo del verdadero Metal, llamada "Death Magnetic" (Muerte Magnética).
Con un inútil intento de sonar como lo hicieron hace un cuarto de siglo, Mierdallica despliega temas tan poderosos que alcanza a rivalizar con los lanzamientos discográficos más estruendosos de Maná.
Mientras sus integrantes siguen engañados con la idea que en el mundo Metal, los premios y las ventas son más importantes que la música y la actitud, éste álbum es una fuerza devastadora en los países donde el Nu-Metal (Unmetal) es el rey.


Lejos y, profundamente enterrados, habían quedado los días en los que el vértigo y los tempos de la banda eran capaces de torcer el pescuezo de un búfalo...


Para finalizar este calvario, en octubre de 2011, Mierdallica se une con el compositor Lou Reed para sacar el álbum  titulado (ríanse para no llorar) "Lulu", y demostrar, de una vez por todas, que la decadencia no conoce límites.
Mientras bandas como Megadeth, Anthrax o Slayer, lanzaron (y siguen lanzando) álbumes de dudosa o pésima calidad, pero álbumes de METAL, a fin de cuentas; Mierdallica sigue hundida en la ilusión del estrellato que ofrece el mundo Pop.

La triste realidad
Décadas han pasado desde los aciagos días en los que esa banda llamada Metallica, asolaba la Tierra con sus estruendosas notas, y sus poderosos acordes... sólo quedan ahora cuatro sujetos que lucharon (y triunfaron) para convertir a la bestia indomable que ellos habían creado, en la campeona de las boy-bands, y por tener el poder de estremecer a los "rockeritos" que no son capaces de asimilar o tolerar el metal extremo.


Luego de tan trágica y estremecedora historia, llena de triunfo, de fracaso y, últimamente, de ridículo, sólo queda la pregunta:

¿Qué le depara el destino a tan traidora banda?... ¿cuántos niños y niñas, alrededor del mundo seguirán creyendo que esa banda de mierda representa al verdadero Metal?... ¿cuánto tiempo transcurrirá antes que lancen un álbum con Justin Bieber?...
Sólo el tiempo nos dará la respuesta... pero cuando el apocalípsis zombie asole la Tierra y los muertos regresen a predar la carne de los vivos, si el cadáver de Cliff Burton (Lucifer no lo permita) llega a contemplar lo que esos mierdas de Hetfield, Hammet y, especialmente, Lars Ulrich, hicieron con la banda, seguro que el pobre caerá fulminado por la decepción y la vergüenza...

Es aún más deprimente y estremecedor el saber que aún hay miles de auto-denominados "metaleros", que defienden la sinvergüenzada y desfachatez de esos estafadores quienes, alguna vez, se ufanaron de llamarse "Metallica".